tiempo estimado de lectura : 1

El Día de Acción de Gracias es una festividad complicada para mí. Si bien las tradiciones de reunirnos y compartir comidas son hermosas, sus raíces históricas me recuerdan injusticias que no debemos ignorar. Aun así, he decidido rescatar este día como un momento para hacer una pausa, reflexionar y dar gracias, no por el festín en la mesa, sino por algo que a menudo pasamos por alto: nuestros cuerpos.


Nuestros cuerpos son increíbles. Nos sostienen en las noches de insomnio, las madrugadas y todo lo demás. Contienen nuestra alegría, nuestro dolor y nuestra fuerza. Nos sanan, se adaptan y nos protegen, incluso cuando no los tratamos con la amabilidad que deberíamos. Sin embargo, a menudo nos centramos en lo que no son —demasiado grandes, demasiado pequeños, insuficientemente fuertes, insuficientemente rápidos— en lugar de apreciar todo lo que son.


Como entrenador de fitness, veo esto a diario. La gente acude a mí con ganas de cambiar su cuerpo, pero ¿y si cambiáramos la narrativa? ¿Y si, en lugar de castigar a nuestro cuerpo por lo que le falta, le agradeciéramos lo que hace? Cuando nos movemos, ya sea boxeando, levantando pesas o simplemente dando un paseo, no es solo ejercicio; es un acto de gratitud. Es una celebración de lo que nuestro cuerpo es capaz de hacer.


La gratitud no significa esforzarnos hasta el agotamiento. También significa escuchar cuando nuestro cuerpo dice: "Necesito descansar". Se trata de reconocer que la recuperación es tan importante como el esfuerzo. Descansar no es debilidad; es respeto.


Así que este Día de Acción de Gracias, elijo honrar mi cuerpo, no por su apariencia, sino por cómo vive. Agradezco la fuerza que me ayuda a superar los días difíciles, la resiliencia que me ayuda a recuperarme y la capacidad de moverme, crecer y adaptarme.


Te invito a unirte a mí. Tómate un momento para agradecer a tu cuerpo, no por su apariencia, sino por todo lo que te permite hacer. Quizás sea levantar pesas, abrazar a tus seres queridos o simplemente respirar profundamente. Sea lo que sea, celebrémoslo.


En este Día de Acción de Gracias, mi gratitud no se centra en la comida ni en las festividades. Se centra en la fuerza, la resiliencia y la belleza de nuestros cuerpos, nuestros compañeros en este viaje de la vida. Honrémoslos, no solo mañana, sino todos los días.


Escrito por: Kathy Mora


Persona de pie al aire libre al amanecer con los brazos extendidos hacia arriba en agradecimiento, rodeada de exuberante vegetación y una suave luz dorada, que simboliza fuerza, resiliencia y conexión con el cuerpo y la naturaleza.
Comentarios
* No se publicará la dirección de correo electrónico en el sitio web.